- Es que no entiendo. Quisiera entenderlo Sam.
- Tu jamás entenderías. Nunca te has puesto en el lugar de una mujer que comienza a amar. Entregué mi amor. Acepté a entrar en tu jueguito en el que me sentí feliz.
- Y si eres feliz, ¿Porqué lo complicas tanto?
- Oh John, eres tan egoísta. Sólo piensas en ti. ¿Y yo? Te has preguntado qué es lo que verdaderamente quiero?
- ¿Quieres más ¿Qué más quieres de mi? Te di lo mejor de mi amor. Siempre te escuché, siempre estuve. Amor, te amo.
- Termínala John. No quiero escuchar más esa palabra que sabes cuán importante es para mi. Eres un descarado. ¿Lo mismo le dices a ella?
- Sam, yo...
- Tu, tu tu tu... Suenas a teléfono descompuesto John. No has hecho más que pintar un mundo diferente para mi. Me has dejado soñar, vivir, reír y amar. Y eso te lo agradesco, pero dime John, ¿tanto te cuesta dar besos a una sola? Me he cansado de este juego.
Comenzaste con decirme soy linda para tí, al otro día seguías con un hermosa. Al otro ya comenzabas a sacar lo mejor de mi y ¿para qué John? Dime para qué. ¿Para qué me ilusionabas si sabías que jamás iba a tener final esta historia que me armabas en la cabeza? Si sabías que mi corazón se entristecía con cada foto en la que te veía junto a ella. Si cada vez que sonaba tu celular y te despedías con un beso y me dejabas como si tuvieras que irte de urgencia.
- No, no era así. Siempre te expliqué como eran las cosas Sam. Tú aceptaste estar conmigo. Tú sabías que ibas a compartir estos labios. Tú. ¿Ahí te gusta? Ya no hablo precisamente de mi. Eres tú la que firmó el contrato y la que había leído bien en claro las letras chicas. Pero anda, regáñame, tienes tus motivos, pero no digas que no te amo porque sabes muy bien que es lo único que hago. Sólo quiero que entiendas que esto cambiará dentro de poco y sólo seremos tú y yo. Sólo mantén ese amor por mi.
- ¿Y crees que después de esto que me has dicho iré corriendo hacia ti con un abrazo esperanzador en el que yo siga aguantando? No John. Vete con ella y sé feliz. Hoy me haré respetar, y con todas las fuerzas te veré marchar lejos de aquí. Hoy decido dejar de amarte y ser feliz. Pensaré un poquito en mí.
- Pero anda, tu...
- Ahí tienes la puerta John.
No sufras por NADA que te tenga en segundo lugar. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario