Encontrás alegrías. Recordás lo que no está.
Te entristeces. Te
amargas. Encontrás con qué distraerte, pero siempre volves a recordar.
Escuchas y hablás. Pensás en lo correcto hasta que se te cruza la
rebeldía. Caminás suspirando palabras del ayer y esperando lo que
vendrá. Inventás mundos que sólo vos podés recorrer. Extrañás.
Preguntás. Y casi siempre te enojás. Cambiás, volves a ser la misma. Te
cansás, hasta no encontrar salida. Te perdés en lágrimas y en qué dirán.
Empezás a preocuparte más y a saber lo que es amar. Te cruzás con
desilusiones que van tapando tu sonrisa, pero seguis hasta no parar.
Comenzás a reir para no llorar. Empezás a soñar con ansias de volar para
ningún lugar. Te caes y encontrás quien te ayude a levantar. Buscás
objetivos para lograr. Y seguís enojándote. Empezas a ver la realidad
con otros ojos y a saber cómo borrarlas de tu rostro. Empezas a sonreír,
a ser feliz. Te volvés a caer, pero ya no te cuesta, lo habías superado
antes de caerte. Aceptas lo que te da la vida, aunque le hayas pedido
miles de condiciones. Dejás a un lado las preocupaciones y te inventás
un escudo para no dejar que nada ni nadie te haga daño. Y nuevamente
volvés a sonreír. Es tan raro lo que se siente.. Hasta ahora me doy
cuenta que realmente estás empezando a vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario