martes, 15 de marzo de 2011

Un simple transurso.

Encontrás alegrías. Recordás lo que no está.
Te entristeces. Te amargas. Encontrás con qué distraerte, pero siempre volves a recordar. Escuchas y hablás. Pensás en lo correcto hasta que se te cruza la rebeldía. Caminás suspirando palabras del ayer y esperando lo que vendrá. Inventás mundos que sólo vos podés recorrer. Extrañás. Preguntás. Y casi siempre te enojás. Cambiás, volves a ser la misma. Te cansás, hasta no encontrar salida. Te perdés en lágrimas y en qué dirán. Empezás a preocuparte más y a saber lo que es amar. Te cruzás con desilusiones que van tapando tu sonrisa, pero seguis hasta no parar. Comenzás a reir para no llorar. Empezás a soñar con ansias de volar para ningún lugar. Te caes y encontrás quien te ayude a levantar. Buscás objetivos para lograr. Y seguís enojándote. Empezas a ver la realidad con otros ojos y a saber cómo borrarlas de tu rostro. Empezas a sonreír, a ser feliz. Te volvés a caer, pero ya no te cuesta, lo habías superado antes de caerte. Aceptas lo que te da la vida, aunque le hayas pedido miles de condiciones. Dejás a un lado las preocupaciones y te inventás un escudo para no dejar que nada ni nadie te haga daño. Y nuevamente volvés a sonreír. Es tan raro lo que se siente.. Hasta ahora me doy cuenta que realmente estás empezando a vivir.

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